Como cualquier consejo que recibamos en esta instancia lo tomamos con actitud de total superación, no vamos a dar ningno aquí. Y hasta es una buena lección, porque se aprende con el cuerpo, que a veces vale la pena escuchar al que fue antes que nosotros.
A partir de las vivencias del primer viaje suelen generarse dos grandes grupos de personas: el primero lo conforman aquellos que juran nunca más abandonar la playa en enero, y el segundo grupo solo vuelve a la playa cuando está vacía. Este segundo grupo suele ser menor en número, bastante eterogéneo en su composición, pero muy emprendedor y decidido como caracacterística común y principal. Estimo que se debe a que la montaña es un desafío permanente y entonces el carácter (o la actitud) juega un papel central a la hora de disfutar esta actividad.
Y tengan en cuenta también que es muy probable que en ese primer viaje su mochila sea muy pesada, no solo por los kilos adicionales de cosas innecesarias que todos llevamos la primera vez (y a veces la segunda y la tercera también), sino por el peso mismo del desafío autoimpuesto, que es el más pesado de todos. Por supuesto, el primer viaje es más extenso en kilómetros que en altura y recorreremos más lugares que en cualquier otro viaje. Y, si, será un viaje estupendo siempre.
Muy lindo texto. Sigue activo el blog?
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