lunes, 27 de diciembre de 2010

Documental de la Expedición Domuyo 2010 Bicentenario

Queridos amigos:
Compartimos con ustedes el documental de la Expedición.
Agradecemos la excelente predisposición de Adrián Borneo para la edición de este documental, y aprovechamos para agradecer nuevamente a todas las personas e instituciones que nos ayudaron con esta aventura y compartieron sus sueños.
Esperemos que lo disfruten tanto como nosotros!!!

Más info de esta expedición en: http://www.domuyo2010.blogspot.com/





jueves, 5 de agosto de 2010

5 de Agosto: Día del Montañista

Hoy 5 de agosto se celebra el día del montañista. La fecha se debe a que en el calendario cristiano se recuerda a “Nuestra señora de las nieves”, patrona de las actividades de montaña.

Edmund Hillary y el sherpa Tenzing
La historia del hombre y la montaña es larga y lejana; data desde la misma existencia de la humanidad. Sin embargo, el montañismo como actividad es bastante más reciente. No hay un criterio único acerca de su origen, pero hay bastante consenso en considerar como punto de partida la primera ascensión al Mont Blanc realizada por MG Paccard y Jacques Balmat el 8 de agosto de 1786. A partir de ese momento, entonces, el hombre se esforzará en llegar a las cimas del mundo, logrando en 1953 de la mano de Edmund Hillary hacer cumbre en la más alta de todas, el Everest.


Matthias Zürbriggen
En Argentina los inicios del montañismo fueron escritos por andinistas europeos. Las cimas de las montañas de Mendoza y la Patagonia fueron las más buscadas. El 14 de enero de 1897 el suizo Matthias Zürbriggen hace cumbre en el Cerro Aconcagua. En febrero de 1952 una expedición francesa lleva a cabo la primera ascensión al Fitz Roy y en 1959 el italiano Cesare Maestri junto al austriaco Toni Egger encaran el Cerro Torre. Egger perderá la vida en el intento, mientras que Maestri asegurará haber hecho cumbre. Sin embargo, al no tener pruebas que lo demuestren su ascenso será puesto en duda.

El primer argentino en hacer cumbre en el Cerro Aconcagua fue Nicolás Plantamura, perteneciente al Ejército Argentino, el 8 de marzo de 1934.

Todo ellos, y tanto otros, son los que abrieron el camino para que las futuras generaciones intentaran nuevas ascensiones y rutas. Tal como alguna vez dijo Reinhold Messner "Nada habría podido suceder si alguien no lo hubiera imaginado antes"
fuente: Lepau [www.lepau.com]

La expedición inlgesa al Everest de 1924, fotografiada en el campamento base por John Noel. En la fila de atrás, de izquierda a derecha: Irvine, Mallory; Norton, Odell y John Macdonald, un reportero del Times; sentados: Shebbeare, Geoffreey Bruce, Somervell y Beetham.

Sólo con fines ilustrativos, copiamos una reseña de los ascensos históricos en el Aconcagua (gracias a la gente de MedozaCuyo.com)


PRIMERA ASCENSION ABSOLUTA DE LA MONTAÑA.
El alpinista inglés Edward Eitz Gerald dirigió, en el verano austral del año 1897, la expedición que logró la primera ascensión absoluta del Centinela de Piedra. El grupo de Fitz Gerald accedió a los grandes pedreros de la faz Noroeste de la montaña después de remontar el Valle del Río Horcones. Después de varios esforzados intentos el guía suizo Mathias Zurbriggen, logró solo la cima el 14 de enero de 1897. Pocos días después, siguiendo la misma ruta, coronaron la cima Nicolás Lanti y Stuart Vines, miembros de la misma expedición, quienes lograron así la segunda ascensión absoluta.
PRIMERA ASCENSION ARGENTINA.
El Teniente Nicolás Plantamura, del Ejército Argentino, logra alcanzar la cima el 8 de marzo de 1934, siguiendo la ruta normal y en compañía de los alpinistas italianos P. Ceresa, P. Ghigliole, R. Chabod y el arriero chileno Mariano Pastén.
PRIMERA ASCENSION DEL GLACIAR NORESTE
(GLACIAR DE LOS POLACOS).
En marzo de 1934 los polacos V. Otrowski, K. Narkiewicz, 5. Daszinski y 5. Osiecki abren un nuevo itinerario hasta la cima a través del hermoso glaciar Noreste, consiguiendo asimismo la octava ascensión de la montaña. Desde entonces este glaciar se denomina Glaciar de los Polacos.
PRIMERA ASCENSION FEMENINA.
Lograda por la francesa Adriana Bance, el 7 de marzo de 1940, acompañada por el alemán Jorge Link y los miembros del Club Andinista Mendoza, Pablo Franke, P. Etura, D. López y J. Semper.
PRIMERA ASCENSION DE LA CIMA SUR.
Los alemanes T. Koop y L. Heroid alcanzan por primera vez la cumbre Sur de la montaña, en enero de 1947. Siguieron la vía normal hasta la mitad de la canaleta y desde allí se dirigieron hacia la derecha hasta ganar el portezuelo entre las dos cimas.
PRIMERA ASCENSION DEL FILO SUR-OESTE.
El 23 de enero de l953 coronan la cima Sur abriendo una nueva vía los suizos F. y D. Marmillod y los argentinos F. Grajales y F. Ibáñez. Asimismo esta ascensión representa la primera ascensión femenina de la cima Sur.
PRIMERA ASCENSION INVERNAL DE LA MONTAÑA
Del 11 al 15 de setiembre de 1953, los argentinos E. Huerta, H. Vasalla y F. A. Godoy consiguen la primera ascensión invernal siguiendo la vía normal.
PRIMERA ASCENSION DE LA PARED SUR.
Esta importantísima primera, de repercusión internacional, estuvo en manos de los franceses R.Paragot, G.Poulet, A.Dagory, L. Berardini, P.Lesseur, y E.Denis; quienes después de siete duros días de escalada llegan a la cima principal a fines de febrero de 1954.
PRIMERA ASCENSION DEL GLACIAR ESTE
(GLACIAR DE LOS INGLESES).
Durante el mes de febrero de 1978 en estilo alpino los argentinos G. Vieiro, E. Porcellana y J. Jasson inauguraron una nueva vía de considerable dificultad técnica. La denominan Vía Argentina.
PRIMERA TRAVESíA DE LA CUMBRE SUR A LA NORTE.
El 2 de enero de 1979 los españoles X. Erro, M. Zabaleta y Y. Hugas concretan la primera repetición del filo Suroeste, coronando las dos cimas y uniéndolas en travesía por primera vez. Bajan por la ruta normal.
PRIMERA ASCENSION INVERNAL DEL GLACIAR DE LOS POLACOS.
En el invierno austral del año 1980 los catalanes N. Serrat A. Villena, apoyados por varios compañeros, alcanzan la cima del Aconcagua siguiendo el Glaciar de los Polacos, utilizando ski en la mayor parte del itinerario.
PRIMER DESCENSO EN ALA DELTA.
En enero de 1981 el prestigioso alpinista francés J. M. Boivin piloteó un ala delta biplaza logrando descender en 30 minutos hasta Plaza de Mulas. El copiloto fue L. Marchal. Los dos hombres ascendieron tres veces hasta la cima hasta que las condiciones meteorológicas fueron propicias para el vuelo.
PRIMERA ASCENSION SOLITARIA DE LA PARED SUR.
El francés I. Girardini, en cuatro días de escalada y siguiendo la ruta francesa/54, con variante de salida Messner, alcanza la cima en enero de 1981, concretando así una destacada primera.
PRIMERA ASCENSION INVERNAL DE LA PARED SUR.
Esta difícil y dura primera la logró una expedición japonesa en agosto de 1981. T. Hasegawa alcanzó solo la cima después de haber seguido la vía Messner. 124
PRIMERA ASCENSION FEMENINA DE LA PARED SUR.
Durante el verano de 1984 escalaron la pared Sur, siguiendo la vía Messner, la norteamericana Titonne Bouchard Y su esposo, convirtiéndose en la primer mujer que escaló esta difícil pared.
PRIMER DESCENSO EN PARACAíDAS.
El 2 de febrero de 1985 el Capitán de la Fuerza Aérea Francesa, A. Steves, desplegó su livianisimo parapente unos 200 metros por debajo de la cima. Impulsado por corrientes ascendentes se elevó unos 20 metros más arriba de ella, descendiendo en 25 minutos hasta Plaza de Mulas.
PRIMERA BICICLETA EN LA CIMA.
En enero de 1986 los suizos F.Mariani, R. Notaris y otros compañeros, suben una bicicleta Peugeot hasta la cima. Después de filmar el suceso descendieron gran parte de la ruta normal montados en su simpático medio de transporte.
PRIMERA ESCALADA LOCAL (MENDOCINA) DE LA PARED SUR.
Tras una escalada en estilo alpino, siguiendo la vía francesa 54, los mendocinos D.Alvarez, L.Sánchez, D.Rodríguez, el colombiano M.Barrios y A.Randis, el 23 de febrero de 1986 alcanzaron la cima.
PRIMER DESCENSO SIN CUERDAS DE LA PARED SUR.
El fuertísimo alpinista esloveno Slavko Sveticic desciende en 10 horas desde el filo del guanaco hasta Plaza Francia, sin portar cuerda. Anteriormente había escalado con M.Romic una nueva variante del filo Suroeste, logrando la primera ascensión del pilar Sur de la Pirámide (6.000 mts.). Enero de 1988.
PRIMERA ASCENSION DE LA PARED OESTE.
Una cordada local (Mendoza) integrada por D. Rodríguez y D. Alessio logra escalar, en enero de 1988, la desafiante pared Oeste del Aconcagua, en cuatro días. La vía transcurre por el centro de la gran pared de 2.800 metros y termina en el filo Suroeste, muy próximo a la cima Sur. Escalan varias cascadas de hielo muy empinadas y varios pasajes de roca de dificultad.
ASCENSIONES RELAMPAGO DE LA RUTA NORMAL.
Las ascensiones de la ruta normal más rápidas son, hasta la fecha: Enero 87. L. Cichy (Polonia), 9 hs. Enero 87. A. Randis (Argentina), 8,7 hs. Febrero 87. D. Alessio) (Argentina), 7,48 hs. Febrero 87. M. Sánchez (Argentina), 6,32 hs. Enero 89. M. Dacher (Alemania), 6,l5 hs. Enero 89. M. Smith (U.S.A.) 6,13 hs. Enero 90. D. Alessio (Argentina), 6,7 hs. Diciembre 91. D. Porsche (Alemania) 5,45 hs.
PRIMERA ASCENSION DE LAS DOS CIMAS EN UN DIA.
El 6 de febrero de 1991 Alejandro Randis logra ascender las dos cumbres de la montaña en una sola jornada partiendo desde Plaza de Mulas. Tiempo total: Campamento base - cima Sur - cima Norte y descenso: 14.3Ohs.
PRIMERA ASCENSION DEL GLACIAR DE POLACOS EN UN DIA.
En febrero del 92 Lito Sánchez, Marcelo Acosta y Gabriel Cabrera se convierten en los primeros alpinistas que ascienden a la cima, desde Plaza de Mulas escalando el Glaciar de los Polacos en una sola jornada (descenso por la vía normal el mismo día).
MAYOR CANTIDAD DE ASCENSIONES EN UNA TEMPORADA.
Durante la temporada 2002 Gabriel Cabrera asciende en seis ocasiones a la cumbre en 42 días.

viernes, 30 de julio de 2010

Ascenso al Champaqui [invernal]

Luego del intento fallido de ascenso al Champaqui, con la adrenalina en aumento, organizamos el segundo intento para el 9 de julio.
Esta vez el grupo estaba compuesto por Germán Reynolds, Germán Leva, Gabriela Bogado, Santiago Rodríguez y Marinao Siccardi. Arrancamos de Baires el 8 de julio para viajar hasta Los Molles y parar en una hostería llamada "La Casa de Wanda", más que nada para dormir temprano y arrancar con las pilas bien cargadas al día siguiente.
Tras noche de picada y asadito nos levantamos 7.00AM. Luego de chequear el equipo y de un desayuno energético, 8.30 AM estábamos en el inicio de la picada que remonta el río Los Molles y lleva hasta  "El Hueco", lugar donde haríamos el campamento aproximadamente a la media tarde.
Ya conocíamos esa parte del camino así que subimos a buen ritmo, disfrutando de un día totalmente despejado y con una temperatura agradable. Como era 9 de julio disfrutamos también la vista de una pasada de un avión dibujando en el cielo azul con la sierra de fondo.
A medida que avanzamos la subida se hace más entretenida, sobre todo pasando la segunda tranquera, en donde se bordea el río y se entra al bosque de tabaquillos que en esta oportunidad nos protegió del sol que entrada la mañana pegaba bastante fuerte.
Con el correr del tiempo las mochilas se fueron acomodando en nuestras espaldas mientras ganábamos altura y las vistas se hacían más interesantes. Cabe aclarar que en el primer intento tuvimos lluvia y nubes metidas todo el tiempo en la montaña, por lo que en esta segunda oportunidad fue como estar en otro lugar. Pudimos apreciar vistas y detalles que nunca habíamos visto.
El objetivo de ese día era llegar a "El Hueco", que no es otra cosa que un espacio vacío, plano, de unos 25 metros de diámetro en el último sector de la montaña que tiene bosque. De ahí el nombre del lugar. Cabe destacar que El Hueco está dominado por una especie animal desconocida hasta el momento, totalmente poseída por un apetito voraz, y capaz de atacar los campamentos humanos... es la "vaca chupadora", de la cual nos ocuparemos más adelante.
A las 14.30 estábamos ya almorzando en nuestro destino, y a las 15.30 el campamento estaba armado, fogón incluído, por lo que algunos nos tiramos a dormir una excelente siesta al solcito en medio de la montaña, con un día y temperatura excelentes. Mientras dormíamos, el hiperquinético Santiago armó una alacena en un árbol (sí, leyeron bien, una alacena), puso la comida en ella, ordenada por variedad nutricional y fecha de utilización (si, lo juro). Ni qué hablar del fogón, la leña, los cacharros... en fin, Santi no tenía sueño y se dedicó a facilitarnos la vida a todos, que mientras tanto estábamos tirados en el pasto torrando al sol y desconectándonos (reconectándonos en realidad) con el planeta.
La tarde transcurrió en los menesteres de preparación del equipo para la jornada siguiente y de charlas varias. La noche no se hizo esperar y la magia de Larry se presentó en forma de guiso montañero de la mejor calidad que puedan imaginar. Siguió la noche con fogón, vino y mucha charla. Ubiéramos seguido más si no fuera que teníamos que levantarnos temprano para ir a la cumbre, pero fue una noche muy divertida.
Cerca de las 22.30 decidimos enfilar para las carpas, con la sensación de ser observados por las vacas, que lentamente se iban acercando al campamento. En algún momento nos sorprendimos de tenerlas prácticamente al lado del fogón. No le dimos mayor importancia al incidente de la tarde, en donde una de las vacas se escapó con una bolsa de comida en la boca como si fuera un perro callejero..., en fin, teníamos que dormir, así que cerramos las carpas y a torrar.
Un segundo después de cerrar la carpa comenzó la ecatombe del campamento. Las vacas se dedicaron a chupar, mordisquear y revolver todo. Ante el batifondo salimos de la carpa justo cuando una vaca se robaba la mochila (SI, LA MOCHILA) de Larry, una pesada LoweAlpine 75+20. Suponemos que las vacas la llevarían a un cerrajero para abrirla!!!
Corridas, piedras, gritos, las vacas se fueron a molestar al campamento de unos chicos que habían llegado a la tarde. Nos reimos un rato y de nuevo a dormir... por unos 5 minutos!! las muy guachas volvieron a la carga. Mordieron y chuparon absolutamente todo, hasta los bastones tienían marcas de dientes!!!! A eso se sumaba el constante ociqueo contra las carpas... una verdadera rotura de huevos!
A las 1.30 AM no tuvimos más remedio que vestirnos, salir de las carpas, juntar todo (mochilas, cacharros, etc.) y subirlos a un árbol, porque el asedio vacuno no terminaba.
Cuando la paz parecía reinar en el campamento, a eso de las 3.30 AM siento un ruido justo tras mi cabeza. Abro los ojos y detrás del tejido de ventilación, veo que una vaca había metido su cabeza en el abside de la carpa y tenía mi bota en la boca!!! cuando giro la cabeza para incorporarme se raja con mi bota!!!!!. Tuve que salir desnudo con la helada (-3°C) a correr a la fucking vaca para que no me afane la bota. Una locuraaaaaaaaaa!!!!. 20 metros más allá del campamento pude recuperar mi bota aunque no mi temperatura corporal, que tardó bastante en volver.
El arranque al día siguiente estaba pautado para las 8.00 AM, a fin de tener tiempo de hacer la cumbre y bajar luego un poco más para no tener que dormir nuevamente con las malditas vacas. Obviamente luego de esa noche terrorífica, nunca pudimos despertar a horario y terminamos saliendo a las 10.00AM. Eso cambió bastante los tiempos de marcha e impidió al mismo tiempo que evitáramos una nueva noche en El Hueco.
Igualmente, con la moral bien alta (al igual que todo el campamento que desarmamos y dejamos arriba del árbol) arrancamos para la cumbre, en un día perfecto para caminar la montaña: sol pleno y temperatura que permitió andar solo con una remera.
Desde El Hueco a la cumbre del Champa hay un desnivel de casi mil metros y unos 2,5 km., por lo que la pendiente es bastante fuerte en algunos tramos, y el terreno está compuesto principalmente por piedras medianas a grandes y pasto alto, por lo que todo el tiempo se tiene que estar atento a dónde se pone el pie para no desbarrancar. La ruta está bastante bien marcada por pircas y la misma huella que van dejando los ascensos.
A decir verdad, es un ascenso muy interesante por las vistas que se van ganando y lo agradable del entorno, claro, en un día tan bueno como el que nos tocó.
Pasadas las 14.30, luego de cuatro horas y media de subir, estábamos en la falsa cumbre. Tardamos un poco más de lo normal principalmente por la mala noche que pasamos y también un poco por la lesión de Mariano en la rodilla, que requirió pichicata y todo.
Si consideramos que nos quedaban al menos 4 horas para bajar desde esa falsa cumbre y que la verdadera estaba media hora más adelante, estuvimos a punto de desistir, principalmente considerando las horas de luz que nos quedaban y recordando la famosa regla de "ninguna cumbre se intenta luego de las 13". Hicimos reunión de grupo y tomamos la decisión de hacer cumbre y bajar luego a máxima velocidad para evitar que la noche nos agarre lejos del campamento y evitar que Gabi nos ahorque si decidíamos volver sin la cumbre.
Llegamos a la cumbre del Champaqui aproximadamente a las 15hs.
Alegría!!!!!! y fue doble porque era la primera cumbre para Santiago y Mariano, y la revancha de todos por el intento fallido anterior.

Aclaración: el Champa estaba lleno de gente!! claro, hay una ruta que te deja a 200 metros de la cumbre!. Uno quiere llegar y verla vacía, y si es posible ser el primer humano en poner el píe allí. Sube pensando en la superación de sí mismo y todo ese romanticismo... nos hacemos los puristas... Cuando llegás y ves más gente que en el subte D a las seis de la tarde digamos que un poco se te cae el romanticismo montañero, así que le pedimos a uno que estaba con los pibes que nos saque la foto a todos juntos (ja!).
Disfrutamos un poco (muyyyy poco) de las vistas desde la cumbre, nos sacamos las fotos de rigor, y luego del abrazo cumbrero pusimos pies en polvorosa rumbo al campamento.
La bajada fue un éxito gracias al ritmo que le puso Santi, y los varios cientos de metros que nos ahorramos cortando ladera a lo orko. Digamos que fue una bajada rápida, digna y exacta, porque cuando pusimos el pie en el campamento el sol se descolgó.
El resto del viaje es historia. Fue una salida realmente muy buena. El Chapaquí nos dejó subir a su cumbre, y nos permitió bajar también; recuerden que la montaña se termina cuando se baja!. Fueron unas jornadas excelentes en todo sentido; disfrutamos la aventura entre amigos, nos reímos hasta más no poder, y conectamos con el planeta. Es una montaña para volver.

Compartimos aquí el álbum de fotos de esta salida. Esperamos que les gusten! y cualquier cosa que alguien quiera saber, nos escriben.



Bueno, aquí el traklog. Está pulido y se le quitaron los descansos y las vueltas que uno hace cuando camina por la montaña. Como comentamos en los traks anteriores, si utilizan Wikiloc (http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=1063153) pueden bajar esta y otras rutas de montaña. Es un sitio que recomendamos, ya que pueden bajarlas en formatos para GPS o Google Earth y tener una idea más clara del terreno y orientarase bastante.

domingo, 25 de julio de 2010

Champaqui 2010 - otoño [primer intento]

En la semana del bicentenario se nos dio por ir al cerro Champaqui (2.789 msnm), el más alto de Córdoba, con la intención de subirlo por el lado de Los Molles.
El 22 de mayo a las 3.00 AM partimos de Baires rumbo a Las Rosas (tras la sierra) para estar a los pies del Champa, con el plan de arrancar ese mismo día la subida hacia "El Hueco", uno de los tantos lugares para acampar de ese lado de la montaña.
Cuestión que entre idas, vueltas, y algunas perdidas por la zona, estábamos a las 16hs. del 22 de mayo en el inicio del sendero que arranca junto al río "Los Molles", dispuestos a subir y divertirnos. Obviamente, al arrancar a las 16hs era casi obvio que con solo dos horas de luz disponible no íbamos a llegar muy lejos. Ese fue el primero de una serie interminable de errores que no fueron más que la típica subestimación de una montaña.
Una persona con experiencia en la zona nos dijo "no subestimen al Champaqui..." Pues bien, como cualquier aficionado hicimos todo lo contrario y la montaña se encargó de hacernos pagar toda nuestra osadía. A la distancia, lo aprendido vale mucho. En ese momento... solo maldiciones!!!
Avanzada la caminata, y cerca del anochecer, decidimos hacer campamento en el primer lugar con agua que encontráramos. Así, dos horas y media luego de arrancar, y 6,5 kilómetros más adelante, Santiago encontró un excelente lugar para armar un campamento a orillas del río.
Cena y charla de por medio, nos fuimos temprano a dormir para arrancar al día siguiente bien temprano. La idea era intentar cumbre arrancando desde ese campamento y volver al mismo punto.
El día siguiente arrancó con todo en contra. Frío, lluvia y niebla... hermoso!!! no íbamos a dejar amedrentarnos por unas condiciones meteorológicas que claramente dicen "NO LO INTENTE".
Arrancamos con toda la pila, sin percatarnos que el campamento de emergencia que habíamos armado si bien estaba junto a un sendero, estaba fuera de la ruta normal, digamos... unos 10 metros, lo suficiente para arrancar por cualquier lado.
Caminamos remontando el río... pasamos por cualquier lugar, subimos cosas innecesarias, etc; todo lo que sucede cuando uno no camina por la ruta normal; sin embargo, un par de horas más adelante la enganchamos y seguimos subiendo.
Para ponerle un poco de color al día, Brendix se dio un palo y se nos fue entre las piedras. Afortunadamente solo se torció un poco la muñeca, y Santiago no tardó ni un minuto en sacar su botiquín e inmovilizarle la muñeca y empastillarla un poco. Brenda dijo que todo estaba ok y continuamos subiendo.
Entrado ya el medio día y luego de 5 horas de subir, el grupo se dividió en dos. Una parte se volvía al campo base y el resto seguiría subiendo por lo menos hasta El Hueco.
La subida se extendió por casi 40 minutos más, hasta que llegamos a unas piedras grandes en donde nos guarecimos y almorzamos.
Eran las 13.30 cuando decidimos no intentar cumbre, ya que estábamos a por lo menos 5 horas (dadas las condiciones climáticas) y nuestro campamento estaba muy abajo por lo que no podríamos llegar de día,
Fuimos entonces hasta El Hueco, que estaba a 5 minutos de allí para conocer el lugar y saber dónde armaríamos nuestro campamento la próxima vez que fuéramos al Champaqui.
Comenzó luego la bajada, con la misma niebla, llovizna y nubes metidas en la montaña. Más adelante nos esperaba el resto del grupo que había comenzado a bajar hasta un punto donde no podían encontrar la ruta, así que prefirieron aguardar que bajaramos todos.
No tiene mucho sentido comentar sobre el tiempo que nos pasamos desorientados en una ladera, peludiando entre los pastos, sin ver nada y chequeando el GPS que andaba para el mismo demonio. Decidimos mandar un miembro del grupo hacia atrás para encontrar nuevamente el sendero, cosa que luego de un rato se logró, y siguió la bajada ahora al lado del río y dentro del bosque.
Mantuvimos un ritmo muy parejo en la bajada, y diría que de forma muy eficiente, tanto que nos pasamos de largo el campamento y seguimos bajando... hasta que nos dimos cuenta que nos habíamos bajado casi toda la montaña!!!!! una locura.
Para ese momento ya era entrada la tarde y no quedaba duda que el campamento estaba muy lejos, hacia arriba, lo que nos demandaría mínimo una hora más de caminata..., en fin, no hubo más remedio que volver a subir.
Luego de una infructuosa búsqueda por las márgenes del río, haciendo miles de hipótesis sobre el lugar donde estaría el campamento, hablando incluso de piedras que reconocíamos (¿?) nos traqnuilizamos y usamos las cabezas. Establecimos tres opciones: la primera era intentar una nueva búsqueda del campamento bajo reglas lógicas hasta encontrarlo; la segunda era bajar hasta Los Molles y buscar el campamento al día siguiente, y la tercera opción era aplicar la primera hasta que llegue la noche y si no había éxito, aplicar la segunda.
Optamos por la tercera y ya más calmados usamos nuestros cerebros y nuestras piernas, pudiendo localizar el campamento minutos antes de que se hiciera de noche. ¡un éxito! y mucha alegría.
Esa noche Germán cocinó un guiso que devolvió las energías perdidas durante el día, mientras el resto preparaba la fogata para secar la ropa y el equipo. Con la panza llena y unos vinos más tarde, la aventura se llenó de anécdotas y nos divertimos hasta entrada la madrugada.
Por la mañana, mientras desayunábamos y levantábamos el campamento, el Champaqui se mostró por fin sin niebla y pudimos verlo con la nevada que cayó sobre él durante la noche.
Nos fuimos con varias lecciones aprendidas. La más importante de todas: no subestimar la montaña.
Prometimos volver en el invierno... cosa que hicimos.

miércoles, 12 de mayo de 2010

Relato de la expedición Domuyo 2010 [bicentenario]

Volvimos del Domuyo con toda la alegría del mundo!!! Acá les copiamos el relato de la expedición, pero al que tenga ganas de conocer más sobre el tema puede entrar al blog especial que armamos: Blog Expedición Domuyo 2010 [bicentenario]

1. La Expedición
El objetivo de la expedición fue llegar a la cumbre del Domuyo (4.709 msnm) para dejar en la cumbre una cápsula del tiempo (para más detalles ver este post)
El grupo finalmente decantó en 6 montañistas (cinco aficionados + un experto) conformado por: Germán Reynolds, Horacio Blanco, Gastón Arraiz, Gabriela Bogado, Germán Leva y Beto Fuentes. El día lunes 29 de marzo de 2010 nos encontrábamos reunidos en la ciudad de Chos Malal para hacer el chequeo de equipo y terminar los aprestos para la expedición.


2. Llegar hasta el Domuyo
El acceso al Domuyo es por un camino súmamente atractivo, con desniveles pronunciados y mucho zigzagueo por la montaña. 
El camino está bastante bien cuidado y salvo algunas partes deterioradas por el agua (vados principalmente) no ofrece mayores complicaciones. Desde Chos Malal hay que tomar la ruta hacia Varvarco, pasando luego por Las Ovejas, y luego directo (en sentido figurado) hacia el playón del Domuyo.
Es recomendable salir temprano de Chos Malal ya que la ruta es de ripio y no se puede ir a gran velocidad, por lo que el viaje demora bastante, y más si hay problemas técnicos!

En nuestro caso, nos vimos retrasados por los problemas mecánicos de la camioneta Hunday H1 en la que nos movilizábamos (en adelante, "la Coreana"), y de no ser por el mecánico de la expedición (Horaty) estaríamos todavía esperando un auxilio mecánico.

Recomendación: llevar una buena caja de herramientas. Si el vehículo tiene problemas en este tramo el auxilio podría demorar muchísimo y obligarnos a cambiar el diagrama de la expedición.


3. Arribando al Playón y negociando mulas
Arribamos al playón el día martes 30/03/2010 a eso de las 15.30 hs. Comenzamos a bajar todo el equipo el cual ya estaba desde la noche anterior preparado.
No había nada "complementario" como bolsas, bositos o porquerías varias que cuelgan de las mochilas. Lo que estuviera dentro de las mochilas subía, lo que no estuviera dentro, quedaba guardado en la Coreana.
Mientras se bajaba el equipo, Germán se dedicó a realizar los ajustes del equipamiento electrónico con el que subiríamos: dos cámaras de video, GPS, 5 cámaras fotográficas y demás accesorios incluido un cargador solar que aportó Horax.
Beto ya había negociado un porteo de equipo hasta el campo base, así que ni bien estuvieron todos los petates listos comenzó la carga en las mulas.
Aquí hay dos cuestiones a considerar sobre el tema de las mulas: en primer lugar, hay algo así como un "duopolio jerárquico" de este servicio (dos oferentes, uno más bravo que otro), en donde no hay posibilidad de discutir mucho sobre la estructura de costos del servicio y te cobran no solo las mulas que uses sino el caballo del porteador!!! Para referencia, cada mula $200 + $150 del caballo. Cada mula te lleva unos tres a cuatro petates dependiendo del tamaño, así que de base son $550 para una expedición como la nuestra. La segunda cuestión, es que el precio es solo por la subida al campo base. Para bajar el equipo hay que volver a negociar el porteo.
Por supuesto que se puede subir sin las mulas, pero desde el playón hasta el Campo Base hay varios kilómetros y portear el equipo se torna un esfuerzo poco grato, considerando lo que viene luego.
Resumiendo, cargamos las mulas, protestamos por lo bajo por el abuso comercial, dejamos a la Coreana solitaria en el playón, arrancamos a paso rápido y firme para recuperar el tiempo perdido por los problemas técnicos y llegar de día al Campo Base para armarlo bien.
El sendero es muy atractivo porque serpentea junto al río y nos permite varias vistas y perspectivas diferentes de la montaña. En este tramo generalmente hace calor así que lo mejor es ir liviano de prendas, siempre con protección solar y una campera por si refresca.

4. El Campamento Base
Luego de 3 horas de trekking liviano de aproximación bordeando el cauce del río, arribamos al Campamento Base a las 19.00 hs.
El campo base se arma a los 3.050 msnm junto a una laguna que cambia de colores a lo largo del día. No es recomendable tomar agua de ahí, sino mejor del deshielo que está un poco más arriba.
El lugar está bastante protegido del viento y se pueden armar varias carpas de un lado y otro de la laguna.
Es importante más allá de la ubicación del campamento asegurar con piedras grandes las carpas porque cada tanto alguna ráfaga fuerte puede dañar una carpa mal asegurada.
Una vez armado el campamento y en marcha la cena nos dedicamos a preparar el equipo para el dia siguiente. Beto cocinó un guiso "supremo" y la energía aportada nos permitió quedarnos un rato más a la noche dando vueltas por la zona.
Si la noche se presenta despejada y con luna llena como nos tocó a nosotros, tendrán una vista magnífica de la montaña y del cielo que será difícil de olvidar.

5. Campamento de altura
Luego de una noche sin inconvenientes durmiendo con la alegría de estar donde queremos, nos levantamos bien temprano para encarar el porteo de todo el equipo hacia el campamento de altura.
Luego de un abundante desayuno y de las impasables barras energéticas, nos ponemos a desarmar el campamento y cargar las mochilas.
Resuelta esa instnacia, encaramos la subida hacia los 3.600 msnm.
Es importante destacar que hay diferentes formas de encarar esta etapa, principalmente en la selección del campamento de altura. En el Domuyo se pueden armar a los 3.600, a los 3.800 y he visto unas pircas de un posible campamento a los 3.900.
La elección del campamento de altura es simplemente vital para el éxito de la expedición dependiendo de varios factores, entre ellos el clima, el nivel de aclimatación del grupo y el ritmo y horarios que estemos manejando.
En nuestro caso, Beto propuso acamapar en los 3.600 por dos motivos: el primero y más importante es que los beneficios de la aclimatación a 3.600 eran incomparablemente superiores a ganarle 200 metros de ascenso que podíamos recuperar arrancando bien temprano.
La segunda cuestión es que el campamento de 3.600 está en plano y mejor protegido del viento que el de 3.800, así que encaramos directo hacia los 3.600 sin más tareas adicionales para ese día.
En el camino hacia el campamento de altura pasamos por un nevé en donde dejamos armados unos pozos para que durante el día el sol se encargue de derretir un poco el hielo y nos resuelva el tema del agua, ya que a partir de esa altura ya no hay nada de agua en forma líquida. Más tarde volveríamos a buscar el agua antes que se congele nuevamente.
Luego de una jornada bastante cansadora llegamos a los 3.600 en donde montamos el campamento de altura. El armado resultó algo complicado por el viento y el frío, pero tampoco fue una odisea. Nos divertimos un buen rato y una vez que estuvo todo armado y asegurado Beto se preparó una comida del todo olvidable. Claro, teníamos lija para comer una vaca cada uno, pero ya a esa altura no es muy recomendable comer mucho, más si estamos en plena aclimatación.
Durante la tarde la vida transcurrió en diferentes actividades, todas relacionadas con lo que nos esperaba el día siguiente. Así que mientras un grupo se quedó completando los menesteres del campamento, una partida volvió al nevé a buscar el agua, justo antes que comenzara a bajar una tormenta bien fría hacia nosotros.
Una vez todos juntos nuevamente adentro de la carpa, y con tormenta sobre nosotros, pasamos el resto de la jornada de mate y charla mientras armábamos el equipo para el día siguiente, ajustábamos los grampones, e íbamos asimilando el efecto de la altura.
La noche vino pronto con muchísimo frío , pero el viento se encargó de llevarse la tormenta así que tuvimos un segundo espectáculo nocturno. Temprano, todos a dormir para recuperar energía. La jornada siguiente intentaríamos subir a la cumbre de una mole de 4.709 metros de altura.

6. Hacia la cumbre de la patagonia
El tema era acampar a los 3.600 con el compromiso de levantarnos una hora más temprano para recuperar los 200 metros hacia el campamento de 3.800 y mantener el ritmo de la ruta normal. Bueno, no nos despertamos una hora antes, así que salimos casi a las 6.00 AM con un frío terrible y un viento que nos llevaba a nosotros con mochila y todo. Comenzaba la diversión!
Luego de una hora de batallar contra el viento y la fresca, llegamos a los 3.800. Si bien estábamos demorados en los planes, subimos tranquilos y sin inconvenientes, obviamente que comenzando a perfilar mentalmente lo que se venía en este día. Todos contentos y con mucha alegría, estábamos congelándonos a lso 3.800 así que   luego de 5 minutos de parada técnica, seguimos para arriba.
El resto de la trepada es bastante accesible técnicamente hablando. Si bien hay acarreo, no es como el del Lanín y se deja subir bastante bien.
La parte más complicada es el nevé de los 4.000. Un planchón de hielo en donde el viento va formando unos mini penitentes que te permiten subirlo con grampones y piqueta.
Dicen la mayoría de los que han subido al Domuyo que, superada esta instancia, la cumbre es casi una realidad...

Llegamos a los 4.550 todos juntos, pero no enteros. Horacio y Germán L. pagaron con la cumbre su osadía de subir el nevé demasiado rápido. El mareo incontrolable y los principios del efecto de la altura hicieron que ahí nomás de la cumbre la precaución obligara a detenerse. En palabras de ellos "la cumbre más importante está en casa". Germán le pasó el cilindro a Beto y la filmadora del docuemental a Gastón. Breve despedida y siguió el resto de la expedición hacia la cumbre.
El último tramo es el más duro por las condiciones de desprotección respecto del viento. En ese momento las ráfagas estaban entre los 100 y los 120 km/h. y la sensación térmica en -20°C, con lo cual el caminar hacia arriba se transformó en un desafío de resistencia.

7. Cumbre!!!!!!!! cumbre!!!!!!
A pesar que la cumbre estaba allí nomás, casi al alcance de unos cuantos pasos llegar hasta ella fue durísimo. El viento se encargó de limar las energías, pero no pudo doblegar la determinación del equipo. De a uno, y con diferentes cargas a cuesta, fueron llegando Beto, Germán, Gastón y Gabriela.
Momento único, difícil de relatar, solo experimentable en lo más profundo de cada uno de los que allí estuvieron. Pero al mismo tiempo fue un momento compartido con muchísimas personas: habíamos cumplido con la promesa de llevar los sueños de los chicos del bicentenario a la cumbre más alta de la patagonia. Solo faltaba el ritual de enterrar la cápsula del tiempo para que en 100 años la generación del tricentenario reciba esos mensajes, esos sueños.

8. Volver a casa
"La cumbre más importante está en casa". Esa fue la frase que Pachi Iglesias nos repitió cuando lo visitamos antes de esta expedición, y tanto la comprendimos que la adoptamos como propia. Pero cuando un montañista vuelve a casa comienza al mismo tiempo su próxima expedición...

lunes, 8 de marzo de 2010

y volvimos a Tres Picos... para subir al Napostá

Como no podía ser de otra forma, y aprovechando que teníamos que entrenar para la expedición al Domuyo, nos fuimos de nuevo a Tres Picos y aprovechamos para hacer dos cosas: probar el equipo nuevo y subir hasta el Napostá; objetivos cumplidos!
Respecto de Tres Picos, en este post está comentado cómo se sube, pueden ver el trak y bajarlo (ver post)

Ahora bien, el Napostá está pegado a Tres Picos y se puede ir de dos formas. La primera es directo desde la Cueva de los Guanacos, caminando en dirección noroeste, empalmando el sendero de subida (que va en dirección este) justo en el pequeño faldón que se forma entre ambas montañas.

Aca les dejamos tres imágenes con el esquema de la ruta a Napostá desde la cueva de los guanacos:






La otra forma de subir al Napostá es desde la bifurcación que tiene la picada a Tres Picos luego de pasar el "Paso Dinamitado" (subiendo) o antes de él (bajando).
Les dejamos también un esquema en imágenes.




Para resumir, les dejamos un esquema general de las rutas